¿Qué pasa si me doy cuenta de que mi pareja es violenta?
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En primer lugar, es inadmisible usar la violencia en contra de nadie. Todos tenemos siempre la opción de no recurrir a ella, es decir, que no es excusable. Cada persona, sin distinción de sexo, vivencias, edad, color de la piel, pertenencia social o religiosa, tiene derecho al respeto y a ser considerada igual a las demás. Denunciar la violencia puede cambiar una vida.
Hacer frente a la inestabilidad de los estados de ánimo de su cónyuge le pone a usted en una situación de fragilidad, impredecible e incontrolable, pues sabe que su pareja puede explotar en cualquier momento y por cualquier razón. La sensación de falta de control puede mermar su motivación para actuar, e incluso hacerle perder la esperanza de que la situación cambie un día. Pero las cosas pueden cambiar. Aquí damos unas pistas que pueden ser un primer paso hacia el cambio y quizá le permitan controlar mejor la situación y contemplar alternativas para salir adelante.
Escenarios de protección
Son supuestos que le ayudarán a planear cómo comportarse en diferentes situaciones. Hay cosas que pueden prepararse antes de la crisis, y otras sobre las que puede reflexionar para ponerlas en marcha rápidamente en el momento de la crisis. El objetivo es garantizar su seguridad y la de sus hijos.
Antes de la crisis, en previsión de que tenga que salir de casa rápidamente:
– Guarde una bolsa en un lugar de acceso fácil y rápido, o téngala en casa de una persona de su confianza. Ponga en esa bolsa un doble de las llaves de su casa, dinero, documentos de identidad o fotocopias (DNI, pasaporte, tarjeta de la seguridad social, certificado de nacimiento, permiso de conducir, etc.), propios y de sus hijos. Si tiene que salir de casa a toda prisa, llévese esta bolsa.
– Si es usted mujer, asegúrese de que su bolso esté en un lugar de fácil acceso y siempre contenga todo lo necesario: monedero y billetera con sus documentos y tarjetas bancarias, de crédito, el teléfono móvil y el cargador.
– Abra una cuenta bancaria independiente de la de su cónyuge.
– Prepare a sus hijos, dígales que llamen a la policía al 113 si se sienten en peligro, indíqueles un lugar de encuentro por si alguna vez tuvieran que huir a toda prisa.
– Hable sobre su situación con personas de su confianza. Puede establecer con ellas un lenguaje codificado para indicarles que necesita ayuda y que puedan ellas, por ejemplo, llamar a la policía. También puede convenir con sus hijos una contraseña para que puedan ponerse a salvo en caso de crisis.
– Observe cada habitación de su casa e imagine cómo se puede escapar y cuáles son los mejores lugares para huir. Cuando esté con su cónyuge evite los cuartos sin salida y los lugares donde haya cuchillos, armas u otros objetos peligrosos.
– Confíe siempre en su juicio y su intuición.
– Revise y compruebe su plan con regularidad.
Si está en casa cuando estalla una crisis, es esencial que se ponga a salvo con sus hijos encerrándose en una habitación, por ejemplo, y pidiendo ayuda (a la policía o a familiares). Lleve siempre encima un teléfono y la llave de una habitación de su casa en la que pueda encerrarse en caso de crisis.
Busque ayuda
Es necesario buscar ayuda. Nada excusa la violencia. Todos merecemos ser respetados, y usted también. Por tanto, debemos actuar para poner fin a esta violencia. Para ello, puede pedir ayuda a personas de su confianza y a instituciones especializadas en la violencia conyugal y doméstica.
El aislamiento y el silencio no hacen sino prolongar su sufrimiento. Hablar con alguien le dará probablemente ánimos y apoyo en su situación y para dar pasos hacia el cambio.
Llamar o escribir a SOS Détresse también es ya un primer paso en ese camino. Las llamadas son anónimas, los correos también, y nuestros voluntarios están dispuestos a escucharle, apoyarle y acompañarle en lo que está viviendo y lo que desea hacer.
Hay muchas instituciones especializadas en violencia doméstica que pueden informarle de sus derechos, acompañar sus esfuerzos y prestarle apoyo. à Ir a la lista de instituciones.
Si presenta usted signos físicos de agresión, es importante que vaya al médico para establecer su gravedad y el posible tratamiento. Además, el médico puede redactar un certificado que será un elemento de prueba importante.
Es difícil tomar decisiones, pero hablar de su situación con familiares o amigos, o ponerse en contacto con profesionales, no compromete a nada. Se trata, en primer lugar, de expresar sus sentimientos y lo que piensa. Después, si se siente con fuerzas y lo desea, se pueden tomar medidas. Un profesional nunca le obligará a hacer algo que no desee. Es usted quien decide cuándo y cómo comienza el cambio.
Sus derechos y la legislación
La ley sobre la violencia doméstica está en vigor desde el 3 de septiembre de 2003. Su objetivo es proteger a las víctimas de violencia por parte de un familiar, y ayudar, orientar y asesorar a estas personas en sus decisiones y gestiones.
En primer lugar, si es usted víctima de amenazas o malos tratos por parte de un familiar, llame a la policía al 113. La policía recogerá pruebas y, con la autorización del fiscal del Estado, puede retirarle al agresor las llaves de la casa y expulsarlo de la vivienda. La expulsión es por 14 días, en los cuales tiene prohibido regresar al domicilio, so pena de sanciones penales. Tras esta expulsión, el servicio de asistencia a las víctimas de violencia doméstica (SAVVD) le informará de sus derechos y de las acciones que puede emprender.
Además, existen centros de orientación y hogares que le acogerán y ofrecerán alojamiento en caso de emergencia; no dude en acudir si se encuentra en medio de una crisis de violencia.